miércoles, 6 de diciembre de 2006

ÉRASE UN HOMBRE A UNA PATINETA PEGADO

Los primeros rayos de luz se vislumbran en Comas, Ronald Lazo, enciende motores, prende sus faros naturales se desliza serpenteando entre los autos este singular piloto de 22 años acelera, los semáforos le dan luz verde y él ultima de cinco hermanos, realiza una temeraria y audaz maniobra en las pistas, cruzando raudamente la transitada avenida Túpac Amaru

El claxon intempestivo de una automóvil lo obliga a retroceder, una combi lo “cierra”el ex vendedor de caramelos, lleva ya diez cuadras de veloz y tenaz recorrido, su camino comprendía toda la avenida Cerro de Pasco, cuesta abajo, en el kilómetro 11 de tan conocida vía, sus amortiguadores le brindan la protección durante el desplazamiento ya en la vía principal llega ala paradero da una vuelta en U y a la espalda del colegio Jesús Obrero se estaciona frente a ellos con una categórica voz dice “Bueno muchachos ahora quienes me traslada a ala universitaria ”

Con elegantes movimientos de pelvis, como Elvis Presley, acompañados de movimientos de brazos y expresivos gestos se monta con agilidad en el mototaxi y con su voz picara e irónica le dice al conductor ayúdame con mi troncomóvil: Una ancha patineta del color de su piel que él construyó hace seis años, de ruedas díscolas para todo terreno, con tantos golpes y magulladuras como las penas y sufrimientos que persiguen a su dueño y que hoy en día se ha convertido en el literal motor de su existencia, en su trayecto entona su melodía favorita “Alguien” de Luis Enrique Ascoy, dando masajes a su mano derecha que la usa como timón, remo y gata hidráulica.

Sonríe y con violenta velocidad llega a su primer destino, con natural audacia desciende y ocupa de nuevo su alfombra mágica se detiene y extiende la mano para tomar la couster que lo llevara a su destino final la puerta de La Católica.

Este singular personaje que venció todos los limite transformando su “limitación”en la motivación de aquella forma de vida tan peculiar con un sentido del humor a prueba de balas dice “Estoy trabajando hace año y medio en La Católica, este trabajo yo no lo esperaba llegue aquí pidiendo permiso para vender caramelos en la puerta”. Sonríe con la inocencia de aquel niño que recibe un premio.

Sabia que la universidad no era una beneficencia, pero le brindaron la oportunidad de -insospechada para el –trabajar la imprenta “A pesar de no haber pisado un colegio y sin tener DNI”. Y es que hasta ese momento la vida si no lo había sorprendido con la pierna en alto le ponía cave, olvidándose que el también es un ser humano con sentimientos, ilusiones solo conoció los sinsabores de aquella vida que lo había tratado tan mal

Las desgracias mecían su cuna al año y medio de vida le detectaron polio y un tumor en el testículo izquierdo, además de un mal hormonal que le ocasionó un desarrollo prematuro “A los 8 años me afeitaron para mi cumpleaños, a los 10 parecía de 25 hoy es al revés”. Además la ignorancia de sus padres permitió que Ronald-hasta los cinco años- gateara cual bebe de pecho malformando más sus pequeñas y endebles piernas.” mis piernas no tienen fuerza para sostenerme, se arquean por eso no puedo usar muletas, eso no significa que no las sienta, incluso se adormecen y acalambran


Desde que ingreso a La Católica su vida cambio se matriculo en un colegio acelerado (ya esta en 6º de primaria y es uno de los mejores)su labor como catequista también se vio enriquecida (llego con guitarra en mano hasta el penal de Maranaguita para hablar de su papa lindo, Dios) se ha convertido en amigo de alumnos y catedráticos en las cafeterías y conciertos. Tanto así que sus amigos universitarios lo invitan al cine a sus fiestas “Me encanta la música soy un salserazo”.

Hoy entre sus logros esta el haber ingresado nada menos que como tenor al coro universitario .Sus sueños ahora flotan , su voz ha hacho crujir los vitrales de la pequeña capilla universitaria sus sueños ahora flotan en el campus de La Católica ,quiere estudiar diseño grafico y devolverles con intereses la confianza que un día depositaron en el

“Mano de Piedra”Duran envidiaría su puño izquierdo .Las callosidades de esa mano la han engrosado tanto que su palma parece abrirse en parapente y sus dedos tener cuadriceps con tatuajes .Astillas , vidrios incrustados, polvo,suciedad,los líquidos, calor del suelo son los ingredientes básicos de su manicure acostumbrada .¿Su mano derecha? le sirve de dirección , referente de equilibrio y es con la que se acomoda su ondulada cabellera .

“Cuando era pequeño me sobreprotegían” así define la conducta de sus padres quienes lo escondían en un cuarto cuando venían visitas él no salía nunca y tenia como amigo aquella imagen reflejada por el espejo .”Mi único amigo real fue un vecinito que jugaba conmigo cuando nos encontrábamos en el techo a donde llegaba arrastrándome escapándome de la soledad de aquel cuarto oscuro”.Así como todos los niños el también tuvo su amiga imaginaria la depresión .”Pensé en matarme pero ¿cómo se podía suicidar alguien como yo? ¿tirándose del techo?

Hasta que un día llego a su vida su infalible compañera , su primera patineta la tuvo a los seis años y fue un flechazo .Una vez un primo llego de visita con una y Ronald (introvertido debido ala poca relación con el mundo )se sintió vivo por primera vez “Fue amor a primera vista me enamoré con locura de aquel juguete , y aunque en el primer intento choqué con una pared mi primo me la regaló”

Poco a poco con entusiasmo y empeño consiguió mantener el equilibrio “Andaba de arriba a abajo con mi patineta , mi casa era mi pista de entrenamiento pero un día se rompió por lo viejita que estaba”·

Uno de sus hermanos le consiguió otra en Tacora pero al poco tiempo quedó hecha trizas . Y así fue hasta que llegó la sexta, la definitiva, la actual, aquella que tiene el sticker de una calavera entrecruzada con una cobra “Mi patineta son mis piernas, tengo una silla de ruedas pero con mi skate me siento único, libre, pudo valerme por mí mismo”, la patineta se aclopó a su cuerpo mejor que una prótesis así como las piernas de caballo aun centauro

A los 10 años decidió enfrentarse al mundo exterior salió de aquella burbuja en la que estaba encerrado “Recuerdo que fui a un campamento para niños con impedimentos físicos que traumante yo veía a los niños como bichos raros y era si como me veían a mi”


Sus años de adolescente los pasaba en estos campamentos, allí conoció a su amigo Jorge que le regaló su primera guitarra. Hasta ese día Ronald había huidos de la soledad y el silencio por medio de a música que salía de la radio de algún vecino. Con notable imitaba la voz de Guillermo Dávila y sus oídos captaban, cual radar, desde los sonidos de un grillo hasta la melodiosa voz de Leo Dan y cual musio experimentado las adaptaba al unísono en un mix para zampoña, que fue el primer instrumento que tuvo, luego vendría la quena que tocaba arrancando melodías tan dulces que quebraban hasta l alma mas fiera

Por esto cuando cogió la guitarra, las armonías llegaban a sus oídos y de ahí en sus manos se transformaban en notas y acordes musicales, inventó su propio estilo y fue un autodidacta en esa materia, fue llamado por la parroquia Nuestra Señora de la Paz, aquí aprendió a entonar y afinar su voz los resultados son sorprendentes cuando entona una canción parecería que la entonan un coro de Ángeles, hoy practica con el teclado y en tan solo un mes se ha vuelto un diestro con dicho instrumento

A los 15 años decidió desligarse del seno familiar para valerse por si mismo, empezó a trabajar se presto unos soles y adquirió una bolsa de caramelos salió alas calles cual comerciante experimentado y entre pregones ofrecía su producto. En la selva de cemento se sintió como una hormiga entre leones, esta sensación poco apoco fue desapareciendo. Todo Comas se convirtió en su centro de trabajo aunque las calles no siempre o recibieron con los brazos abiertos

“Fue una experiencia aterradora, cuando llovía o tenia que bajar alguna pista, terminaba cayéndome de cara o resbalándome de espaldas” En estos casos siempre dependía de la bondad de algún samaritano para no terminar atropellado o asaltado, la selva de cemento estuvo apunto de dragárselo con todo y patineta.

Ronald enmica, compagina, espirala y encuaderna en la imprenta del campus universitario de La Católica, d e lunes a viernes, de 9 a una de la tarde, junto a obreros mayores.”Tiene harta correa lo batimos duro pero el no se acompleja, es un ser admirable y eso de discapacitado no existe en él, nos muestra siempre su deseo de superación”coinciden todos sus compañeros. Esa es la clave de su éxito su sentido del humor aprueba de balas y su admirable personalidad

Terminando su labor en La Católica sale y toma su couster para dirigirse con entusiasmo a su colegio situado entre la Av. Arequipa y la Av. Javier Prado de tres a seis de la tarde. En su centro de estudios tiene compañeros desde los 14 a los 18 años que no osan batirlo por que es el más popular “Además de ser él mas bromista es el mas responsable del aula” afirman sus maestros

Que no hay infraestructura para los discapacitados, es cierto, que los microbuseros y cobradores son unos lobos de remate, también,”Muchos piensan que no les voy a pagar o que les voy a hacer perder su tiempo no paran e incluso me insultan. Pero también hay de los buenos”. Los padres deben educar a sus niños para que no hieran a los que no son como ellos. Ronald es el vivo ejemplo de la lucha por la vida él demuestra que no hay separación entre discapacidad física y capacidad mental, este fanático de los carritos chocones y que sueña con manejar un trailer con su acción es muestra que no hay impedimento que no se pueda superar solo la incomprensión.

LOS DELIRIOS DEL OFICIAL ALEJANDRIA


De noche, cuando del oficial Alejandría apenas se ve su chaleco fosforescente ardiendo en la esquina, cualquiera podría confundirlo con un policía de verdad. Algo viejo, de repente, por la inclinación de su silueta hacia la vereda: como un dinosaurio con quepí. Algo atolondrado ya que es un implacable escribidor de papeletas, músico endiablado del silbato y espadachín de ese palo que le sirve entre otras cosas: para dirigir el caótico transito, no caerse al suelo y trancar la puerta de su cuarto por para que nadie lo vaya a matar.

Al menos eso dice mientras señala una quinta peligrosa ubicada a media cuadra de su esquina de trabajo: Huamanga con 28 de julio, al frente de el local de la Policía de transito Lima Sur. Allí el oficial Alejandría, con su bochornosa lentitud de semáforo malogrado, soporta la sinrazón del estribillo de moda: Porque si a la policía se le respeta a él los conductores lo mandan al diablo

- ¿Qué hace con ese uniforme?- le increpo un capitán de verdad hace algunos meses.
- Yo soy transito, mi capitán, pregúntele a mi comandante, mi capitán- le contesto disfrazado de subalterno, con una seriedad marcial.

La verdad es que Juan Segundo Alejandría Arozemana dirige el transito desde hace diez años y nunca le ha hecho daño a nadie. Las papeletas que el pone son simples anotaciones de placas en un libreta, letras y números ilegibles que solo confirmaran la sospecha de su condición delirante, y en que cada noche, acabada la vigilia entregara a la policía de turno de la oficina zona sur. “ ¿ cuantas papeletas ha puesto hoy, oficial? “Uy, Alejandría, ahora si que batió el record, diez en una sola noche”, “Como para que lo envidie hasta el ministro del Interior” luego o acompañaran a la puerta, donde algunos de de sus colegas policías, riéndose de el lo coimearan, con la moneda de su desprecio: la indiferencia y dejándolo tan solo, tan loco, tan triste que a uno casi le provoca cometer una infracción, es la única manera de despertarle la alegría.

Los niños del barrio lo conocen como Van Basten, que fue su jugador de fútbol favorito, pero que en boca de esos chuiquitos solo es una frase graciosa. Van Basten, Van Basten, Van Basten. Sin embargo. Alejandría, desenfundado su espada cual Quijote ante la presencia del molino, no se mata de risa. Solo recuerda aquella tarde de 1987, cuando sonó el teléfono de su casa y le dijeron que su única hija había dado a luz. “¿Como le ponemos al niño señor?”. Le preguntaron, por que del papa ya ni ella se acordaba. “póngale pues Edgar Jhon Van Basten”, dice que dijo. Lo cierto es que seis años después para que el niño pudiera ingresar al Colegio de Mendocita, en La victoria, Alejandría tuvo que abandonar sus experimentos para vestirse de policía.

- ¿Qué sabe hacer usted?- le preguntó la monja cuando él confesó que no tenía plata.
- Dirigir el transito, madre. Yo he sido Scout de chico, madre, y sé de lo que estoy hablando- en verdad no sabia ni por que lo había dicho.

A partir de ese día el viejo Van Basten ejerció el honorable oficio de cuidar que ningún niño se vaya a morir al cruzar la pista. Hasta ahora le va bien, “ni siquiera a uno lo han atropellado”, cuenta orgulloso de su estadística en blanco, motivo suficiente para que un comandante de la Zona Sur de la Policía de tránsito le ofreciera allá por 1996, de seis de la tarde a once de la noche, la jurisdicción de un metro cuadrado en Huamanga con28 de Julio. “La esquina más peligrosa, pero tengo buen tino”, dice golpeando el cemento con su palo de madera y gritando que por fin vaya a su casa, que hay dos secretos de su vida que deben ser revelados al mundo. El primero responde a la pregunta por que alguien querría matarlo. El segundo tiene que ver con sus experimentos, como la cura para el sida, basada en agua sucia, el ladrillo barato de cáscara de fruta y la harina de tripa de pollo. Van Basten no entiende de reglamentos de tránsito, pero es experto en ciencias inventivas, como él dice.

La quinta empieza en un pasadizo oscuro, largo, donde el único punto de luz es el chaleco de Alejandría, zigzagueando a la deriva. Buscando en la insoportable oscuridad, con esas manos mugrientas, que jamás han rozado un guante blanco, manipula la traviesa cerradura de interior 1. Adentro, un colchón agonizante, tres sillas, diez bateas, un sobrino fumón que saluda, “la paz sea contigo” y una mesa. Sobre ella se encuentra su laboratorio personal: botellas de gaseosa en vez de tubos de ensayo, cuyos líquidos viscosos son un secreto, que quiere revelar a su debido tiempo. Y hasta dice que una vez quisieron entrar a su cuarto para matarlo y robarle sus “experimentos llenos de química que pueden salvar al mundo”. Entonces abre sus ojazos y se quita el quepí, como si otro le hubiera contado, en ese instante, la cerca que estuvo de su asesinato. Colgados en la pared, seis chalecos de transito y un uniforme verde de policía, que algunos colegas, le han pedido que mejor no use.

“Hay gente que no me quiere, y lo sé”, cuenta sacudiendo la cabeza. “yo solo quiero que me den un sueldito” y la sigue moviendo. “Al menos hasta que mi nietecito acabe el colegio”, empieza a temblar. Del otro lado una voz le dice siéntate por favor “la paz sea contigo,tío”

viernes, 1 de diciembre de 2006

ENTRE LA RELIGION Y LA VIDA

En la cama 8 del servicio de cirugía del Hospital Sergio Bernales de Collique, se vive un verdadero drama alrededor del pequeño David Cueva Falcón, que a sus cortos diez años, sufrió la amputación de su pierna derecha, luego de que la cayera una roca cuando realizaba su trabajo diario en una de las ladrilleras de Carabayllo.

Pero como si aquello fuera poco, la actitud de su madre Carmen Falconí, indigno a vecinos y familiares del menor, pues por pertenecer a la secta de los Testigos de Jehová, se niega que le practiquen a su hijo un urgente transmisión de sangre

“En nuestra religión no se acepta ningún tipo de sangre, ya que la Biblia así lo dice y yo creo en la palabra de Dios”, explico ante el asombro general de los médicos y personal asistencial.

¿Pero esta la vida de su hijo en riesgo?, era la pregunta obligada. “Es mi hijo y yo lo quiero bastante, pero por que lo quiero bastante es que no voy permitir que le pongan sangre, ya que eso contamina, según la Biblia. Además hay enfermedades como la hepatitis y el SIDA y no quiero que lo contagien” insistió. Un supuesto pastor de su iglesia, que no quiso identificarse, estaba en las afueras del cuarto, tratando en todo momento de concientizar a la madre sobre el tema e instándola a que no acepte la transfusión de sangre para su hijo.

“El niño necesita ser salvado”, “Usted no es una buena madre”, gritaban algunas de las señoras que se encontraban en el pasillo del hospital y se habían enterado de la decisión.

Sin embargo lo que dio más escalofríos a los presentes fue su respuesta cuando le preguntaron si es que no tendría remordimiento ante la posible muerte de su hijo.

“Hay que confiar en Dios y si eso sucede, sentiría un gozo, pues como dice la Biblia él resucitaría y lo tendríamos nuevamente con nosotros”, dijo convencida ante el asombro de todas las personas que lo rodeaban.

Al hospital llego la fiscal de la familia de Lima norte, doctora Nelly Cabrera Vásquez, quien se entrevisto durante mas de tres horas con la madre y los familiares del pequeño David, quien en todo momento se quejaba del dolor y, según el parte medico del hospital, se encontraba bajo de hemoglobina.

Luego de la entrevista con la representante del Ministerio Publico, Carmen Falconí había dejado abierta una posibilidad de autorizar la transfusión. “de no aceptar la señora que atiendan médicamente a su hijo buscaríamos la forma para que esto se haga lo antes posible, ya que lo primero es preservar la salud del menor” alcanzo a decir la fiscal quien ratifico que de producirse la muerte del menor la madre podría ser denunciada por el delito de homicidio por negligencia”

Según los vecinos del asentamiento humano Villa San Antonio en Carabayllo, la madre habría dejado a sus pequeños hijos con una sobrina, la explosión en el horno de la ladrillera origino la tragedia, David no pudo salir a tiempo para salvarse. Mañana probablemente se conozca el final de esta triste historia en la que se mezclan la pasión por la religión y el amor por la familia y los hijos

NUNCA ES TARDE PARA APRENDER

A ver – dice la profesora Juana-; muy bien. Veo que todas ya han terminado su tarea

La tarea es la lección de hoy, la letra a, en minúscula, dibujada en la pizarra con meticulosa caligrafía de secretaria que trabajó su cuaderno Palmer, con una barriga inmensa y también con piernas, brazos, nariz, cabello rizado unas pequeña sonrisa y un guiño en los ojos.

Efectivamente, todas las alumnas han terminado su tarea. Han introducido sus palitos de helado dentro de unos tarros de goma y han pegado, con paciencia de niña jugando a las muñecas, decenas de arvejitas verdes sobre cada a escrita con plumón en sus hojas de papel periódico,

La a, prosigue la profesora, es la primera letra del alfabeto y de las vocales. A ver; ¿qué palabras empiezan con a?

Catalina Rojas levanta la mano con inocente timidez “¿Aaa-vión? Profesora”. Claro que si, Catalina- le anima la profesora- avión empieza con a, ¿todas las demás se han dado cuenta? Miren- y escribe en la pizarra -: aaa vión. ¿Otra palabra?
- Aceite, se entusiasma Elena
- Muy bien, ¿Otra palabra?
- Arroz
- Amor
- Ángel
- Ace
- ¿Hace?- pregunta intrigada la profesora
- Sí, “ace”- repite Isabel Meneses Junampa
- Perdón - corrige la profesora- : hace suena con a pero empieza con h, que es una letra muda.
- Nooo. Refutan todas en coro.
- Sí, con h- explica ella
- ¿Ace? ¿el detergente?
- Aaahhh el detergente

Isabel Meneses Junampa, es ayacuchana de 65 años y parece la letanía de un yaraví cuando relata que su esposo la interroga diariamente a donde va tan alegre, “seguro estarás tratando de conseguirte otro marido” le replica todos los días. Catalina Rojas tiene un año menos, proviene de San Mateo, Matucana y el padre de sus tres hijos también trata de desanimarla con una interrogante que en el fondo trata de ser una maldición: para qué se empeña en estudiar si jamás va a aprender le dice, si ya está demasiado vieja para eso.

Maria Romero está a punto de cumplir 70 años y cuenta que su padre, allá en el lejano Huancayo de su niñez, resolvió no enviarla al colegio argumentando que el lugar de las mujeres era en la cocina, lavando la ropa o criando los hijos y que aprender a leer y escribir solamente le servía a las mujeres para intercambiar cartas de amor y deshonor con sus enamorados. Rosa Ortega sufre de asma desde que llegó de Apurímac, hace 15 de sus 65 años, y casi pide perdón al explicar que por haber sido una niña huérfana fue obligada a abandonar la primaria para empezar a trabajar.

Elena Lavado Rondón de 68 años es natural de Huamachuco quiere aprender a olvidar una poco esa vida frustrada que la ha tocado vivir, donde solo conoció el hambre, las enfermedades y la pobreza.

Margarita Vásquez Arévalo, 70 años, oriunda de Cajamarca, recuerda que siempre le gustó aprender pero que seis hijos llegaron de golpe encargándose de enseñarle mas de pañales que de letras y números.

Claudia Rivas, 43años y madre soltera, nacida en Abancay está convencida de que su única opción para sobrevivir en esta ciudad tan ofensiva con los que no tienen y por lo mismo con los que no saben es, por lo menos, aprender a sumar y leer. Eulogia Pérez de 66 años natural de Cerro de Pasco, cuenta que sus nietos le piden ayuda con sus tareas escolares y ella quiere que la historia no se repita.

Todas ellas son un testimonio vivo y representan a 1700 personas que se han sublevado en el cono norte contra la injusticia de no haber podido aprender a leer y escribir, a sumar y restar. Ahora todas ellas están decididas a gritarle a su ignorancia, basta a todos aquellos que a lo largo de sus vidas las condenaron a la condición de ciudadanos de segunda categoría. Ellas están empeñadas en arrebatarle al destino, por la fuerza y con esfuerzo, la educación que saben les corresponde y nunca dejó de corresponderles.

No todas esas personas son mujeres ni andan por las seis décadas de vida. Pero ellas son un buen ejemplo a seguir, ya que las mujeres adultas son las más empeñosas porque ellas son las que llevan la responsabilidad y el gran peso de la educación de sus hijos y nietos. Y por que además no están contaminadas por el inútil complejo de la vergüenza de los hombres.

Que ese grito contra la ignorancia se oiga fuerte para que los oigamos todos de una buena vez, por que algún día, muy pronto, estas mujeres aprenderán a escribirlo

¿VIDA DE PERRO?

Basco, Pinky y Greg son una verdadera familia feliz canina. Papá, mamá e hijo son felices cuando los niños especiales los acarician, juegan con ellos y, sin roche, le jalan la cola o pellizcan. Son gajes del oficio, pues estos Golden Retriever también son especiales: son de terapia, criados y formados para ayudar a discapacitados o personas con problemas de desarrollo.





Estos perros justifican aquello de "mejor amigo del hombre", han dejado de ser solo un animal de compañía para asumir funciones de asistente social Entrenados especialmente para ayudar a impedidos físicos y niños con síndrome de Down, son una especie de terapeutas peludos. Y, según sus "pacientes", sí que saben escuchar.



Son canes con doctorado en asistencia, aunque todavía sin certificado para ejercer profesionalmente. No solo mueven la cola y se hacen los muertitos. Un can entrenado puede ser útil a la sociedad, como lo demuestran los perros de ayuda social. Estos son empleados por personas con discapacidades y también forman parte de un equipo terapéutico de apoyo. Es decir, el perro trabaja junto con psicólogos, terapeutas físicos o logopedas (especialistas encargados de problemas de pronunciación).

Greg es un adulto de dos años y está más cerca de conseguirlo. Llevó ocho meses de entrenamiento para aprender a abrir puertas, prender luces, buscar celulares y alcanzar prendas de vestir.

"Es el asistente perfecto", explica Wendy Arroyo, quien a su vez se formó en Chile para educar canes de terapia. A ello se agrega que, por raza, Greg es totalmente pacífico e interactúa perfectamente con las personas. Está preparado para trabajar treinta minutos al día. Los perros no pueden hacerlo muchas horas, pues se estresan.

Cuando Greg y sus papás llegan al colegio Perú-Holanda en Jesús María, sus chalecos llevan inscrito: Soy un perro trabajando. No me distraigas ni me alimentes. El aviso es para quienes piensan que solo son mascotas jugando.

Con solo 1 año de entrenamiento, los perros labradores o golden retriever (que por su carácter dócil son los más utilizados para este trabajo) son capaces de recoger objetos del suelo, acercar el celular a sus dueños cuando alguien llama, abrir y cerrar puertas y cajones, y hasta empujar sillas de ruedas.

Aunque la importancia de estas labores radica en que permiten aumentar el grado de independencia de las personas con poca movilidad, el apoyo de estos animales no es solo físico. Mediante terapias asistidas también contribuyen al tratamiento de problemas como el alzheimer, síndrome de Dawn, autismo y problemas psíquicos.

La interacción que establecen con el perro ayuda a los pacientes a disfrutar de los momentos de esparcimiento y les aporta una buena dosis de autoestima.

Supercan.

Greg abre la puerta, prende la luz, trae el celular y las llaves y ayuda a Wendy a vestirse. Dócil y de mordida blanda para no destruir objetos, Greg fue educado para ser el asistente perfecto de un discapacitado.

Es la tercera vez que llegan a este centro especial y para los niños es la actividad más importante de la semana. Los acarician, juegan, le rascan la barriga y los pasean. Cuando los perros se marchan, quieren irse con ellos.

Es la típica actividad asistida, donde los perros ayudaron a que estos pequeños liberen endorfinas (la hormona del bienestar y la felicidad) y tengan el estímulo perfecto para realizar más fácilmente sus terapias de lenguaje, por ejemplo.

Es un primer logro de este gabinete canino. El otro es servir de ayuda para un discapacitado: cuando Wendy, desde una silla de ruedas, le pide abrir la puerta, Greg gira la chapa y empuja con su nariz. Prende la luz con una pata, abre un cajón y saca el celular. También le saca la chompa y alcanza otra.

Raza obliga

Hace un año, Greg, Basco y Pinky habían ganado todos los concursos caninos. Entonces su criador Enrique Orezzoli se preguntó: ¿Y ahora? Descubrió que los Golden y Labrador podían ser entrenados para ayudar a las personas.

Ahí nació Perros de Ayuda Social (PAS) como fundación. Se empezó la formación canina, buscando certificación internacional, que la entrega la Fundación Bocalam de España. "El objetivo es ir sacando promociones caninas", sostiene.

Orezzoli explica que no cualquier perro puede ayudar en terapia. Los Golden tienen un tamaño importante y mordida blanda, son inteligentes y no agresivos, por genes.

Los perros de ayuda son entrenados para ser acompañantes perfectos y "puente" entre pacientes y terapeutas.

"Ellos se forman en tres niveles: el primero es de obediencia básica, luego viene la actividad asistida (con niños especiales para estimularlos al habla, por ejemplo) y finalmente, la terapia asistida, donde los perros trabajan junto al psicólogo o terapeuta", explica.

Según la zooterapia –campo nuevo en psicología- , la terapia asistida con perros es ideal para niños con autismo, síndrome de Down, retardo, problemas del habla, esquizofrénicos, aislados, obsesivos-compulsivos y más.

Cuando cumple un año, el perro está listo para empezar su formación. El proyecto PAS aspira a que antes de llegar a esa edad, cada cachorro pueda ser entregado a una familia adoptiva para empezar su socialización.

Pero va más allá. Además de trabajar con instituciones y colegios, los perros ya formados podrían ser entregados directamente a discapacitados, como ocurre en España.

"Está probado que un perro mejora la calidad de vida y el aislamiento de estas personas. El perro es un catalizador y, en el 70% de casos, hasta un confesor", sostiene el Fundador de la asociación de Perros de Ayuda Social (PAS) Enrique Orezzoli

Inclusive existen especializaciones caninas: los perros-alarma, para sordos. Identifican sonidos y avisan cuando alguien llama a la puerta, o en la calle, ante el chirrido de llantas y otros peligros. La raza ideal para esta función son los Fox Terrier o Schnauzzer, pequeños e inteligentes.

Los perros-lazarillo son los clásicos para invidentes y pueden ser de cualquier raza no agresiva. Los perros de búsqueda y rescate son importantes en desastres.

"Lo importante es no trabajar al miedo con el perro. Enseñarles por estimulación y por reforzamiento positivo (con premios)", asegura el criador.

Por ahora, PAS prepara la primera promoción de perros asistentes: Bianca, Mora, Boca y Basco Jr. son cachorros de cuatro meses que aspiran a ayudar a niños y adultos. En cada uno se invierte cien dólares en comida y medicinas, gastan 50 kilos de periódicos y hasta tienen a Medias, su mascota, que es también otro perro.

Entrenados para ayudar

Las razas preferidas para desempeñarse como perros de ayuda social son golden retriever y labrador retriever. Una vez que cumplen dos meses de edad y que han demostrado no ser agresivos, nos cuenta Francesc Ristol, los canes son acogidos por familias que se encargarán de su sociabilización (que aprenda a estar con gente). Y al año y medio de edad, los perros ingresan a un entrenamiento que dura 18 meses.

Luego se le busca un usuario idóneo que deberá seguir un curso para saber cómo trabajar con el perro y fortalecer las habilidades que él considere útiles o necesarias.

Estos canes pueden desempeñarse como perros guías de personas con discapacidades visuales; o como perros de servicio para quienes usan muletas o sillas de ruedas. Ellos aprenden a recoger objetos del suelo, sacar cosas del cajón, abrir y cerrar puertas o auxiliar a su dueño si se queda atascado con la silla de ruedas. Finalmente, el perro de señal es el que trabaja con personas sordas y avisa al usuario la procedencia de los ruidos que lo rodean.

Según PAS, entrar en contacto con animales de nuestro agrado estimula el sistema límbico del organismo, encargado de modular las emociones y estados anímicos en el sistema nervioso central. Cuando esto ocurre, el organismo libera endorfinas, la hormona "de la felicidad" y bienestar. Además, reduce el cortisol, neurotransmisor asociado a estados depresivos, y aumenta la dopamina y la serotonina, neurotransmisores protectores de los mismos estados.

Otros beneficios de la canoterapia son la distracción de dolores y estados depresivos, la facilidad para interactuar con desconocidos, la disminución del sentimiento de soledad y la mejora de autoestima en general. En terapia infantil, el perro ayuda a reducir el estrés de las sesiones y son ideales para quebrar el hielo –el rapport en psicología entre paciente y terapeuta.

Este tipo de perros no curan enfermedades. Francesc Ristol, de la Fundación Bocalán de España (que trabaja este tema hace más de diez años), aclara que el perro es una herramienta para los profesionales. "Por ejemplo en ludopatía: cuando estas personas tienen una crisis de ansiedad luego de gastarse el dinero jugando, nosotros (los terapeutas) hacemos sesiones de relajación que incluyen a los perros. Estos los ayudan a que no desarrollen agresividad", explica Ristol.

Francesc Ristol cuenta que la Fundación Bocalán, de la que él forma parte, está prestando apoyo al Centro de Desarrollo de Perros de Ayuda Social en nuestro país, para desarrollar perros de terapia asistida, de guía y de señal, así como realizar actividades de asistencia.

Para demostrar que los canes son capaces de brindar este servicio a la sociedad y romper las barreras entre terapeutas y pacientes, la asociación PAS organizó una jornada de visitas a centros de educación especial y geriátricos, donde los perros exhibieron sus habilidades para mejorar la calidad de vida de niños y ancianos.

Canes sanos

Para que un perro logre ser asistente social debe pasar por un proceso que no todos completan. Con pocos meses de edad participan en una prueba de selección en la que deben demostrar que están sanos y equilibrados. Superada esta etapa, inician el adiestramiento.

"El método utilizado es el reforzamiento positivo, que consiste en afianzar su conducta con motivación", explica la entrenadora de perros de asistencia Wendy Arroyo, mientras su mascota Greg la ayuda a quitarse la casaca.

En el Perú aún no existen perros de asistencia, solo los que entrena PAS. Para avanzar en la extensión de estos servicios, según Enrique Orezzoli, presidente de la asociación, se debe modificar algunas leyes para que los animales puedan acompañar a sus dueños en establecimientos donde, por ahora, tienen vetada la entrada.

EL PAS

El Centro de Desarrollo de Perros de Ayuda Social (PAS) se fundó en 2005 para brindar mejor calidad de vida a discapacitados. Para demostrar que los canes son capaces de brindar este servicio a la sociedad y romper las barreras entre terapeutas y pacientes.

“Nuestra asociación nace en el año 2005 en la Ciudad de Lima, por iniciativa de un grupo de propietarios, adiestradores y criadores especializados en la crianza de los perros de razas Golden Retriever y Labrador Retriever; obteniendo exitosos resultados en las exposiciones de belleza organizadas por el Kennel Club Peruano.

Convivir e interactuar con nuestros perros, nos ha permitido conocer las bondades que nos ofrecen estas dos razas elegidas, creadas inicialmente para el cobro de la presa en la cacería, nos permite aprovechar al máximo su infinito deseo de complacernos y de esta manera lograr que ayuden al hombre en superar determinados tipos de discapacidad.

Nuestra afición, dedicación y responsabilidad en la crianza de nuestros ejemplares nos conllevó a trazarnos la meta de lograr una mayor participación en la sociedad, especializando a nuestras fieles mascotas mediante un adecuado entrenamiento, para desarrollo de Actividades Asistidas, Terapias asistidas y Perros de asistencia” señaló Enrique Orezzoli, presidente de la asociación

Imaginen entonces que los perros son los mejores amigos que tenemos y a veces no les prestamos atención, menos mal, que los perros no son rencorosos, olvidan los desengaños y su lealtad está por encima de su propia vida. Eso si que es amistad, un guau guau por ellos.